En el caso de EE.UU., el máximo se alcanzó 1998 como resultado de un aumento de los lanzamientos comerciales con el fin de implementar tres redes satelitales de comunicaciones: Globalstar, Iridium y Orbcom. Muchos de estos satélites se lanzaron en vehículos estadounidenses que en ocasiones transportaban varios satélites al mismo tiempo.
De manera más general, el aumento de lanzamientos en una época determinada se puede explicar por los cambios en los usos de los satélites. En los 70 se produjo un aumento de los satélites de comunicaciones, en los 90, de los de navegación y en la última década aumentaron los satélites de usos civiles y de observación terrestre.
Si la tendencia que se muestra aquí continúa, los países implicados en el lanzamiento de satélites, seguirán construyendo aparatos mayores y más duraderos. Además, organismos internacionales e instituciones civiles, como las universidades, podrían aumentar la producción de satélites más pequeños y más baratos[/COLOR

USOS DE LOS SATELITES ARTIFICIALES PARA LA HUMANIDAD.
Estos gráficos muestran los cuatro principales usos de los satélites actualmente en funcionamiento operados por EE.UU., Rusia, China y el resto del mundo (los satélites en colaboración y multinacionales no están incluidos). El gráfico muestra que el uso de satélites depende en gran medida del clima económico y político de cada parte del mundo.
El uso (comercial, estatal, militar o civil) describe la función principal del satélite, pero es importante tener en cuenta que muchos satélites son multifuncionales. Por ejemplo, un satélite puede tener aplicaciones comerciales y militares al mismo tiempo. Los satélites comerciales son propiedad de empresas privadas. Sus usos incluyen las telecomunicaciones y la radiodifusión.
Los satélites militares a menudo se utilizan para la vigilancia, la navegación y las comunicaciones. Los satélites estatales o públicos tienen aplicaciones como la observación meteorológica y científica. Entre los operadores civiles destacan las instituciones académicas.
Aproximadamente dos tercios de los satélites activos se utilizan para las comunicaciones. El resto de aplicaciones -navegación, vigilancia militar, observación de la Tierra, astrofísica…- abarcan entre el 5% y el 7% del total.

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